Cuando hablamos de ventanas inteligentes de aluminio en Valencia en 2025, no es ciencia ficción: es que tu ventana se coordina con el sol del Levante y el calor húmedo. El perfil de aluminio con rotura de puente térmico y un vidrio bajo emisivo con argón (Uw real entre 1,2 y 1,4 W/m²K) hace el trabajo base; los “cerebros” son sensores de luz, temperatura y CO2, más motores en persianas/estores y, si quieres, en la apertura de la hoja. Con control desde el móvil con Matter lo sincronizas con Alexa o Siri sin líos. Ejemplo cercano: en un piso en Ruzafa que montamos este verano, a las 14:30 las lamas se inclinan un 60% para frenar la radiación, y a las 23:00 se abre 10 minutos para ventilar cuando baja la temperatura. Resultado práctico: el compresor del aire trabaja menos y la factura del cliente bajó un 18% en agosto. ¿Lo notarías tú? Se nota en que el salón deja de ser un horno y no tienes que estar pendiente de subir o bajar nada; la casa se regula sola y tú te olvidas, incluso cuando te quedas dormido en el sofá.
En la Malvarrosa el problema no es solo el calor; es el salitre. Aquí el aluminio rinde, pero pide lacado marino “Seaside” y herrajes inox para que no aparezcan picaduras. En un ático frente a la playa montamos correderas con cajón estanco y guías reforzadas; cuando sopla Levante fuerte, ya no entra agua por capilaridad. Y el ruido: en Extramurs, por Fallas, cambiamos a practicables con triple junta y vidrio laminado acústico; el dormitorio pasó de 58 dB a 38–40 dB medidos, y el cliente por fin durmió el 19 de marzo. Ese “silencio en Fallas” no lo consigues con cualquier cosa. Detalle que marca: la microventilación segura (compás que abre unos milímetros) unida a un sensor de CO2 que acciona la apertura 7 minutos cuando superas 900 ppm. Así renuevas aire sin perder seguridad ni disparar el consumo. En viviendas cerca del mar, además, un simple aclarado con agua dulce cada dos semanas alarga la vida del herraje y del acabado.
Si vas a pedir presupuestos en Valencia, no te quedes en el nombre del sistema. Pide fichas con Uw del conjunto (marco+vidrio), Rw y factor solar g; que la permeabilidad al aire sea Clase 4 y la estanqueidad al agua al menos 7A, y que el vidrio lleve borde caliente. Igual de clave es el montaje: cintas expansivas, sellado interior estanco al aire y exterior permeable al vapor, y calzos calibrados; nada de “solo espuma y silicona”. Plazos reales en 2025: 4–6 semanas según color y herraje. Precios orientativos en la ciudad: practicable 120×120 con RPT, bajo emisivo, persiana motorizada e integración domótica, 800–1.100 €; corredera elevable 240×210, 2.200–3.200 €. Revisa ayudas de la Generalitat y programas de rehabilitación energética: hay convocatorias activas y, si justificas ahorro, puedes rascar un buen porcentaje. ¿Vivienda en costa (Valencia o incluso Alicante/Elche)? Exige lacado marino y mantenimiento anual. Y un último consejo: pídelo todo por escrito, con valores medidos del conjunto, así comparas manzanas con manzanas.
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