Carpintería de aluminio para viviendas en Madrid 2025

Si vives en Madrid en 2025, ya sabes cómo va esto: veranos cada vez más cálidos, inviernos raros y la factura de la luz subiendo sin vergüenza. Aquí es donde la carpintería de aluminio empieza a tener sentido de verdad. No es solo cambiar ventanas “porque toca”, es decidir si en agosto tu salón es un horno o un sitio donde se puede vivir. Con un buen perfil de aluminio con rotura de puente térmico y un vidrio decente, pasas de tener el aire acondicionado todo el día encendido a usarlo mucho menos. Y eso, a final de año, se nota. Piénsalo: una ventana antigua de hierro o aluminio viejo con un solo vidrio pierde calor como si la tuvieras abierta. En cambio, con una carpintería actual, bien sellada y bien montada, puedes tener la misma temperatura con menos consumo. No es magia, es aislamiento: juntas que cierran bien, perfiles que no transmiten el frío o el calor tan rápido y herrajes que no dejan pasar ni una rendija de aire.

Hablemos de algo que en Madrid conoces de sobra: el ruido. Autobuses, motos, terrazas hasta tarde… Si tienes unas ventanas viejas, lo notas: cierras y sigue sonando como si estuvieras en la calle. Con una buena carpintería de aluminio, bien pensada, esto cambia bastante. Te pongo un caso real: piso en una avenida con cuatro carriles, ventanas antiguas correderas de aluminio sin rotura y cristal normalito. Resultado: ruido continuo, sobre todo de noche. Se cambió a ventanas practicables de aluminio, con rotura de puente térmico y vidrio laminado acústico, y el cambio fue brutal: el dueño decía que al principio se le hacía raro el silencio. Aquí el truco no es solo el aluminio, es el conjunto: perfil + tipo de apertura + vidrio + montaje. Si uno de esos falla, pierdes aislamiento. Y ojo: no es lo mismo un interior de manzana tranquilo que un piso a una M-30, y por eso conviene elegir la carpintería pensando en el ruido real de tu calle, no en el catálogo.

Si en 2025 estás pensando en cambiar la carpintería de tu casa en Madrid, no te quedes solo con “que quede bonito”. Sí, el color importa, claro, pero antes deberías fijarte en tres cosas: tipo de apertura, aislamiento térmico y quién te las monta. Por ejemplo, si tu salón da al sur y te pega el sol todo el día, te interesa una buena carpintería de aluminio con rotura y un vidrio que filtre parte de la radiación para no morir de calor en verano. Si tienes un piso pequeño, quizá te convenga mantener alguna corredera para no perder espacio al abrir, pero sabiendo que una practicable siempre cerrará mejor. Y luego está lo que nadie te cuenta: da igual que el perfil sea de gama alta si luego te lo montan con prisas, sin nivelar o sin espuma donde toca. La instalación es media ventana. He visto ventanas buenas dando problemas de aire y agua por un mal sellado, y ventanas normales funcionando de lujo porque se han montado con calma y criterio. Así que, si vas a invertir, pregúntalo todo: cómo sellan, qué herrajes usan, qué vidrio recomiendan para tu zona y tu orientación.